En la guía que acabamos de lanzar, mencionamos que es importante conseguir un seguro de vida temporal. No lo elaboramos mucho en la guía, pero es crucial entender que es el seguro de vida.
Aquí te explicamos cómo funciona el seguro de vida, el componente de ahorro, y lo que nosotros recomendamos que tengas.
El seguro de vida es más como un seguro de muerte. Cuando mueres, tus beneficiaros reciben la suma asegurada que contrataste. Ahora, esto es el sentido más general de un seguro de vida, pero hoy en día lo que se ofrece tiende a variar mucho e incluye varias opciones. Al final del día, contratar un seguro para tu muerte no es tan divertido o atractivo, y las aseguradoras han añadido otros elementos para volverlo más atractivo.
El componente más popular en los seguros de vida es el de ahorro. Una parte de la prima que pagas se ahorra y al llegar el retiro (o tiempo designado) recibes lo ahorrado (a veces con intereses si se invirtió). En principio suena atractivo: te protejo si te mueres y si no, te doy el dinero de regreso. La realidad del seguro con ahorro es que pagas más y ganas menos.
Pagas más porque le das dinero a la aseguradora para ahorrar cada mes, adicional al valor real del seguro si no hubiera un esquema de ahorro. Ganas menos porque los rendimientos que tienen esos fondos son nulos o muy bajos. El trabajo de una aseguradora es asegurar y tener suficiente dinero para pagar lo que le corresponde. Su rol en cuanto a invertir es no arriesgarse (equivalente a bajos rendimientos). ¿Le pedirías a tu doctor que construya tu casa? No, no hace lógica. Tampoco el seguro de ahorro.
Si, en vez de ahorrar mediante un seguro, se invierte ese dinero por otros medios las posibilidades se abren. Hay más opciones de inversiones y la posibilidad de invertir en algo que el mercado ha visto como valioso.
Si tienes un seguro de vida dotal a 20 años con una suma asegurada de $1,000,000 pagarías aproximadamente $40,000 en primas anuales. Al final de los 20 años, si vives o mueres recibes el millón. A cambio pagaste $800,000 (nominal) y saliste ganando con $200,000.
La segunda opción es contratar un seguro de vida a 20 años y una suma asegurada de $1M sin ningún esquema de ahorro o devolución de primas. Probablemente pagues no más de $5,000 anuales, dejando $35,000 libres de los 40,000 presupuestados para invertirse.
Asumiendo que inviertas esos $35,000 cada año en los mercados y obtengas un rendimiento del 8% anual, al final de los 20 años tendrías $1,729,802. Metiste 700 mil (35 mil x 20) y ganaste un millón. Que opción es mejor, ¿tu inversión o el dotal? Este mismo escenario aplica para los seguros de vida con componentes educativos, o cualquier otro esquema de ahorro.
Usa el seguro para protegerte contra muerte e invalidez, no lo uses para ahorrar.
La aseguradora te protege, no te invierte. Es importante tener un seguro de vida y de invalidez, pero no hay que agregarle componente de ahorro. Pagarás mucho menos (el ejemplo anterior es en base a números reales), y te permitirá tener una gama más amplia de inversiones para crecer tu patrimonio.
Nosotros recomendamos que consigas un seguro de vida temporal (10 a 20 años) por una suma de entre 3 a 10 veces tu ingreso bruto anual. ¿Por qué ese rango tan grande? Tú tienes un valor, y si llegarás a faltar tienes que suplirlo. Si no tienes dependientes tu único riesgo es la invalidez y requieres menos cobertura para ti mismo. Sin embargo, si tienes dependientes hay que considerar los gastos que tendrían en tu ausencia y que tanto de tu ingreso ellos pueden recuperar al trabajar. Entre menor sea esa posibilidad de igualar tu ingreso, mayor la necesidad de incrementar la cobertura.
Busca un buen seguro de vida bajo estas recomendaciones, y ahorrar por tu cuenta. Saldrás ganando más.
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