La energía es vital en nuestras vidas: mucho de lo que utilizamos requiere de energía. Sin embargo, entre más energía utilicemos, más vamos a gastar al mes. Todo tiene un costo y eventualmente nos preguntaremos que debemos hacer para reducir nuestro consumo energético. Esto ayuda no sólo al medioambiente, pero también a nuestras finanzas, ahorrándonos dinero.
Lo más importante al buscar reducir el consumo energético es detectar cuales situaciones causan que utilicemos más energía. Por ejemplo, en nuestra casa la falta de aislamiento hace que la casa esté muy caliente durante el verano, y demasiado fría en invierno.
Esto hace que mucho de nuestro consumo energético se destine a calentar o enfriar la casa. Sin embargo, puedo tratar de reducir mi consumo energético al sólo enfriar áreas que se estén utilizando en ese momento o dormir con sábanas más ligeras y frescas que me permitan tener una temperatura más alta en el cuarto.
Al detectar estas situaciones que aumentan el consumo energético, podrás idear soluciones para reducir el consumo energético.
Para empezar a idear algunas soluciones, aquí hay varias acciones que puedes hacer para reducir tu consumo energético. Más adelante explicamos a detalle estás ideas y cómo ayudan a reducir el consumo energético.
Usar la lavadora y secadora a su carga máxima
Mantener puertas cerradas con el aire acondicionado encendido
Utilizar cortinas para bloquear la luz
Cambiar a boiler o calentador de agua eficiente
Cambiar focos comunes por focos LED
Utilizar sensores de movimiento para apagar y encender las luces
Utilizar más luz natural
Mantener el refrigerador cerrado y no añadir comida caliente
Desconectar aparatos que no se utilicen a diario
Utilizar ventanas de doble vidrio
Aislar paredes externas
Mantener el aire acondicionado a su temperatura óptima
Las ventanas pueden consumir entre 10 a 25% de energía al no aislar bien el hogar. Si las ventanas dejan que se caliente mucho la casa, el aire acondicionado requiere mayor consumo energético para enfriar. Lo mismo en temporadas frías, donde calentar la casa requiere de más energía. Aunque cambiar las ventanas a unas ahorradoras de doble vidrio puede ser costoso, puede valer la pena en áreas del hogar que se utilicen frecuentemente y estén más expuestas al sol.
Tener buen aislamiento puede reducir dramáticamente el consumo energético, a veces hasta un 60%. Esta no se puede implementar para todos los hogares, pero si estás remodelando o construyendo, considera invertir en buen aislamiento. Aunque el material pueda ser más costoso, a la larga la reducción en el consumo energético puede volver la inversión algo rentable y definitivamente sustentable.
Algo menos costoso que todos podemos hacer para reducir nuestro consumo energético es mantener puertas cerradas, especialmente cuando tenemos la calefacción o el aire acondicionado encendido. Así no permites que el calor o la temperatura de un cuarto se pase a la del otro que buscas controlar. También, al utilizar cortinas que bloqueen la luz, tu hogar se mantendrán a una temperatura más cómoda sin necesidad de utilizar el aire acondicionado.
Aquí reduces tu consumo energético, pero también el consumo de agua al reducir el número de veces que utilizas la lavadora y secadora. Al utilizarlas en su carga máxima (pero no sobrecargarlas) estás volviendo cada lavada más eficiente.
Hay veces que estos aparatos también tienen la opción de lavado y secado rápido, lo cual puede ahorrar energía. En nuestra casa, tenemos la tendencia a tender y colgar nuestra ropa para secarla, lo cual ayuda a reducir nuestro consumo energético.
Si tienes un calentador de agua o boiler eléctrico, considera darle una inspección. Un calentador viejo puede consumir mucha energía y podrías recuperar el gasto de uno nuevo con el ahorro de energía que te da.
Aún si no estás buscando cambiarlo, la inspección ayuda a verificar que esté funcionando al cien. Nuestro calentador no estaba funcionando bien y para resolver el problema lo teníamos trabajando al máximo. Al inspeccionarlo con un profesional, resultó que tenía mucho sedimento, dificultando el calentamiento. Esto nos ahorró agua, gas y tiempo. ¡Nada mal!
Los aires acondicionados normalmente tienen un consumo energético ideal entre los 20 o 22 grados centígrados. Por cada dos grados menores, el consumo de energía sube aproximadamente un 20%. Busca mantener los aires en ese rango (o un poco más caliente) cuando sea posible y verás una reducción en tu consumo energético.
Aquí también es importante verificar que estén funcionando bien. Cuando notes que lo enciendes unas horas antes porque tarda en enfriar, es momento de una inspección.
Focos y luces incandescentes tienen un alto consumo energético y duran menos tiempo que focos ahorradores o de LED. Considera cambiar focos en áreas que se utilicen frecuentemente a tipo LED. Consumen mucho menos energía y te durarán mucho más tiempo.
Durante el día puedes utilizar luz natural en vez de utilizar focos u otra iluminación. No siempre se puede dado al clima, pero cuando se puede tienes asegurado un consumo energético de cero. Ojo, si la luz natural está calentando de más tu casa y prendes el aire, es mejor reducir la cantidad de luz que entra a tu casa. Claro, ¡tampoco quieres que tu casa sea una cueva!
Esta es la que le decimos a todos los niños, pero es muy cierta: tener una luz encendida en un área que no se utilice es tirar dinero a la basura. Ten encendido sólo lo que ocupas y reducirás tu consumo energético.
Si olvidas apagar las luces, puedes optar por instalar sensores de movimiento y ya no tener que preocuparte sobre encender y apagar las luces. Cuesta más, pero es una opción bastante económica y una buena alternativa para nosotros que olvidamos apagar luces con frecuencia.
Si tienes un aparto conectado, pero no lo utilizas a diario, aún consume energía. La cafetera, por ejemplo, puede ser desconectada una vez que se haya utilizado. Esto es especialmente valioso cuando salen de viaje y saben que nadie estará en la casa. Desconecten sus aparatos y así aseguran cero consumo energético.
Por último, no descuides el refrigerador. Asegúrese que cierre bien la puerta y que no metan comida caliente, ya que eso sube la temperatura y luego trabaja más para enfriarse. Mantener la puerta abierta por un periodo largo también hace que luego aumente en consumo energético.
Con la energía, son acciones pequeñas en nuestro comportamiento que aseguran un mayor ahorro. Cada acción, a través de un mes, se magnifica y podrás ver una reducción notable en el consumo energético.
Y recuerda, aparte de ayudar a tus ahorros, estás ayudando al medio ambiente.